Y la cantera… ¿qué?
Las canteras de la Araña comenzaron a funcionar alrededor del año 1915. Desde entonces, son muchas las empresas que han pasado por allí, explotando las calizas jurásicas para la fabricación de cemento.
En el curso de estos años han ido apareciendo numerosas cuevas, conforme avanzaban los frentes de explotación en el Cantal Chico, muchas de ellas de gran importancia geológica y arqueológica.
Desgraciadamente, la mayor parte de ellas han desaparecido, muchas sin ningún tipo de exploración, registro documental o constancia de ningún tipo de su existencia, salvo quizás la gran cantidad de piezas de cristales de calcita que se muestran en las vitrinas de muchas colecciones privadas y museos mineralógicos. Las “calcitas de La Cala” son valoradas y famosas en el mundo entero.
Es preciso recordar algunas de las cuevas tristemente desaparecidas. Como la Cueva de la Cuerda, la de mayor longitud de entre las existentes en el municipio de Málaga, situada prácticamente a nivel del mar, con agua dulce y salada en su interior, de gran importancia geológica y cuyo paradero se desconoce hoy en día. O la Cueva del Hoyo de la Mina, de extraordinaria relevancia arqueológica, excavada parcialmente en 1918 por Miguel Such, y posteriormente destruida, aunque una parte fue redescubierta y reexcavada a finales del siglo XX por el arqueólogo Julián Ramos. Hoy muchos se echan las manos a la cabeza porque algo así haya podido suceder hace tan poco tiempo….
También es preciso invocar el descubrimiento de la Cueva Navarro IV, en el frente de la cantera Navarro, donde se descubrieron pinturas rupestres paleolíticas en perfecto estado de conservación, por lo que fue declarada posteriormente Bien de Interés Cultural, tras intensas negociaciones con la empresa propietaria de la fábrica de cemento.
Esta cueva y su continuidad natural, la Raja del Humo, que alberga un yacimiento neandertal aún por estudiar, se encuentran a muy pocos metros de la cueva de las Estegamitas, formando parte de un extraordinario conjunto geológico y arqueológico de interés internacional, incluido como Lugar de Interés Geológico en el Inventario Andaluz de Georrecursos y el Inventario Español de Lugares de Interés Geológico, realizado bajo el amparo de la ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad. En pocas palabras, el patrimonio geológico y cultural (arqueológico e histórico) ha pagado un alto precio hasta el momento por el desarrollo de la actividad minera e industrial vinculada a la fabricación de cemento en Málaga.
Hoy en día, la minería ha tomado, afortunadamente, un rumbo muy diferente al mantenido hace siglos o incluso décadas. En la actualidad se abre camino una minería responsable, que asume compromisos ambientales, con códigos de buenas prácticas normalizados, inspirada en los principios de sostenibilidad y economía circular y, sobre todo, firmemente comprometida con la salvaguarda y conservación de aquellos lugares singulares que de manera excepcional aparecen en los entornos mineros, por su propia naturaleza. Son numerosos los ejemplos, a lo largo y ancho del planeta, donde existen ejemplos que demuestran la compatibilidad entre minería y conservación del patrimonio geológico.
Málaga no debe (no puede, mejor dicho) ser una excepción. Perder un lugar geológico excepcional, el más importante sin duda de su territorio municipal, es algo que no se puede permitir en pleno siglo XXI. Hacérselo perder al patrimonio geológico subterráneo del planeta sería una irresponsabilidad de una magnitud incalculable. La fábrica de cemento y la cantera de calizas, no son ni incompatibles, ni enemigas de la Cueva de las Estegamitas. Solo hace falta buena voluntad, trabajo, investigación y la toma de decisiones fundadas, ágiles y transparentes por parte de las administraciones competentes. El planeta y los malagueños lo agradecerán. Y el mundo de la minería responsable, también.